Violencia de género en el ámbito laboral: qué derechos tienen las víctimas

violencia de género en el trabajo

Imagina que, además de enfrentar la violencia de género en tu vida personal, esta también afecta tu vida profesional, un espacio que debería ser seguro y donde deberías poder desarrollarte sin miedos. Para muchas víctimas, el trabajo se convierte en una extensión del abuso, ya sea porque el agresor interfiere directamente o porque la víctima enfrenta dificultades para cumplir con sus responsabilidades debido a las secuelas del maltrato. Incluso, en ocasiones, la violencia se manifiesta dentro del propio entorno laboral, a través de situaciones de acoso laboral o violencia ejercida por compañeros o superiores.

En este contexto, muchas personas desconocen los derechos que tienen para protegerse y garantizar su estabilidad laboral. Saber qué herramientas legales existen para salvaguardar la integridad física y emocional de las víctimas dentro del ámbito laboral es fundamental. La legislación española ofrece una serie de garantías para que las víctimas de violencia de género no tengan que elegir entre su seguridad y su trabajo. A lo largo de este artículo, exploraremos cuáles son estos derechos, cómo se pueden ejercer y qué apoyo pueden recibir las víctimas para continuar con su vida laboral de forma segura y digna.

¿Qué es la violencia de género en el ámbito laboral?

La violencia de género en el ámbito laboral se refiere a cualquier tipo de agresión o abuso que una persona sufre debido a su género, afectando directamente su entorno de trabajo. A menudo, pensamos en la violencia de género únicamente en el contexto familiar o en las relaciones de pareja, pero esta también puede trasladarse al ámbito laboral, generando un ambiente hostil y tóxico para la víctima. Este tipo de violencia puede tener múltiples formas y manifestarse tanto dentro como fuera del entorno laboral, afectando el desempeño y la estabilidad laboral de las víctimas.

Manifestaciones de la violencia de género en el trabajo

Existen varias maneras en que la violencia de género puede manifestarse en el ámbito laboral, y no siempre es fácil de identificar. Algunas de las formas más comunes incluyen:

  1. Interferencia del agresor en el entorno laboral de la víctima: Muchas veces, el agresor trata de mantener el control sobre la víctima, incluso fuera del hogar, interfiriendo en su trabajo. Esto puede incluir acosar telefónicamente a la víctima en su lugar de trabajo, aparecer sin previo aviso, o sabotear su rendimiento laboral para hacerle la vida imposible. Estas acciones pueden provocar que la víctima pierda oportunidades laborales o incluso su empleo, debido a que no puede concentrarse o rendir adecuadamente.
  2. Acoso laboral relacionado con la violencia de género: En algunas ocasiones, el propio lugar de trabajo puede convertirse en un espacio donde se ejerce violencia de género. El acoso laboral, en este contexto, puede incluir comportamientos de intimidación, humillación o menosprecio por parte de compañeros, superiores, o incluso clientes. El acoso puede ser de carácter sexual, pero también puede manifestarse como una presión psicológica constante, menoscabando la dignidad de la víctima y generando un entorno laboral insoportable.
  3. Discriminación indirecta por ser víctima de violencia de género: Aunque no se ejerza una violencia directa en el trabajo, las víctimas de violencia de género pueden sufrir discriminación en sus empleos. Por ejemplo, una persona que necesita tiempo para acudir a citas médicas, terapias o procedimientos judiciales podría enfrentarse a la incomprensión de sus superiores o a represalias en forma de despidos o sanciones laborales. En estos casos, la violencia se manifiesta de manera más sutil, pero igual de destructiva, al negar el apoyo necesario a la víctima.
  4. Aislamiento y exclusión: Otra forma de violencia de género en el ámbito laboral es la exclusión o aislamiento intencionado de la víctima. Esto puede suceder cuando, a sabiendas de su situación personal, compañeros de trabajo o jefes la marginan de actividades laborales, proyectos importantes o decisiones clave, reduciendo así sus oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional. Esta exclusión, aunque puede parecer menos agresiva que otras formas de violencia, genera un impacto emocional y profesional devastador.

Consecuencias de la violencia de género en el ámbito laboral

La violencia de género en el trabajo tiene graves consecuencias no solo para la víctima, sino también para el ambiente laboral y la productividad de la empresa. Entre las consecuencias más comunes se encuentran:

  • Problemas de salud mental y emocional: La violencia de género puede llevar a la víctima a desarrollar problemas como ansiedad, depresión, estrés postraumático y baja autoestima. Estos problemas pueden afectar su capacidad para desempeñarse adecuadamente en el trabajo, aumentar el absentismo y disminuir la productividad.
  • Falta de oportunidades de crecimiento: Las víctimas de violencia de género en el trabajo a menudo ven cómo sus oportunidades de promoción o de crecimiento profesional se reducen drásticamente debido al estigma asociado a su situación o por los efectos del maltrato en su rendimiento laboral.
  • Desigualdad en el trato laboral: En ocasiones, las víctimas pueden ser tratadas de manera desigual respecto a sus compañeros. Esto puede incluir la asignación de tareas menos importantes, el cambio de funciones sin su consentimiento o incluso la imposición de horarios difíciles de cumplir, todo con el objetivo de menospreciar su posición dentro de la empresa.

La violencia de género como barrera para el empleo

El acceso al empleo también puede verse gravemente afectado por la violencia de género. Las víctimas, debido al control que el agresor ejerce sobre ellas, pueden encontrar dificultades para mantener un empleo estable. Este control puede manifestarse en el impedimento para acudir a entrevistas de trabajo, sabotear el proceso de búsqueda de empleo, o forzar a la víctima a renunciar a su trabajo para aislarla aún más. Esto genera una dependencia económica que perpetúa el ciclo de violencia, haciendo que la víctima se vea atrapada en una situación de vulnerabilidad de la que es difícil salir sin el apoyo adecuado.

Derechos laborales de las víctimas de violencia de género

Las víctimas de violencia de género tienen derechos laborales específicos que buscan garantizar su protección, estabilidad en el trabajo y bienestar emocional, permitiéndoles conciliar su vida laboral con la difícil situación personal que enfrentan. Estos derechos están recogidos en la legislación española y son clave para que las víctimas puedan seguir adelante sin verse obligadas a renunciar a su trabajo o sufrir consecuencias laborales por su situación. A continuación, explicamos en detalle cada uno de estos derechos.

1. Derecho a la movilidad geográfica

El primer derecho importante es la movilidad geográfica, que permite a las víctimas de violencia de género solicitar un cambio de lugar de trabajo sin necesidad de cumplir con los requisitos habituales que se exigen para estos traslados. Esto es especialmente relevante en casos donde el agresor está demasiado cerca del lugar de trabajo o cuando la víctima necesita un entorno más seguro, ya sea en otra ciudad o incluso en otra comunidad autónoma.

La víctima no necesita justificar detalladamente las razones de su solicitud, más allá de demostrar su condición como víctima de violencia de género. La empresa está obligada a atender esta petición, salvo que existan razones objetivas y justificadas que lo impidan. Además, si la víctima solicita el traslado y posteriormente desea regresar a su puesto de trabajo anterior, tiene prioridad para hacerlo en cuanto sea posible.

2. Derecho a la reducción o reordenación del tiempo de trabajo

La ley también permite a las víctimas de violencia de género solicitar una reducción de su jornada laboral o una reorganización de su tiempo de trabajo para adaptarse mejor a su situación. Esto puede incluir cambios en el turno de trabajo o la reducción de horas para facilitar la asistencia a citas médicas, terapias, procedimientos judiciales o cualquier otro tipo de actividad relacionada con la recuperación y seguridad de la víctima.

Este derecho es especialmente importante para aquellas víctimas que, debido al maltrato, se ven obligadas a reorganizar su vida personal y laboral. No conlleva una penalización en su puesto ni afecta negativamente a su derecho a mantener su empleo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, en el caso de reducción de jornada, también se reducirá proporcionalmente el salario de la víctima.

3. Derecho a la suspensión del contrato de trabajo con reserva del puesto

En los casos más graves, las víctimas de violencia de género pueden acogerse al derecho de suspensión temporal del contrato de trabajo. Esto les permite ausentarse del trabajo durante un periodo determinado sin perder su puesto de trabajo, es decir, la empresa está obligada a reservar el puesto para que la víctima pueda reincorporarse cuando se sienta en condiciones de hacerlo.

El periodo máximo de suspensión inicial es de seis meses, aunque en situaciones excepcionales este plazo puede ampliarse hasta los dieciocho meses si el juez lo considera necesario. Esta suspensión es una medida de protección que facilita a las víctimas poder centrarse en su recuperación, sin la presión de tener que elegir entre su seguridad y su empleo.

4. Derecho a la extinción voluntaria del contrato con indemnización

Otro derecho fundamental es la posibilidad de que la víctima solicite la extinción de su contrato de trabajo de forma voluntaria. Esto significa que, si la víctima considera que su situación de violencia de género le impide continuar en su puesto de trabajo, puede optar por finalizar su contrato sin perder el derecho a recibir una indemnización.

La indemnización que corresponde en estos casos es la misma que se otorga en los despidos improcedentes, lo que representa una protección económica importante para la víctima. Además, la extinción voluntaria no supone una pérdida de los derechos que pudiera tener la víctima en cuanto a prestaciones por desempleo, lo que le ofrece un margen de maniobra económico mientras busca una solución a su situación personal.

5. Derecho a la protección frente al acoso laboral por violencia de género

Si la violencia de género se manifiesta directamente dentro del entorno laboral, por ejemplo, a través de acoso laboral por parte de compañeros, superiores o incluso clientes, la víctima tiene derecho a recibir protección inmediata por parte de la empresa. El acoso laboral por violencia de género puede tomar muchas formas, como el acoso sexual, la discriminación o el maltrato psicológico, y en todos estos casos, la empresa tiene la obligación de tomar medidas preventivas y correctivas para garantizar la seguridad de la víctima.

La empresa debe investigar de manera diligente cualquier denuncia de acoso laboral y, si se confirma, debe tomar medidas que pueden ir desde la reubicación del acosador, hasta el despido si es necesario. La falta de acción por parte de la empresa puede acarrear sanciones legales y laborales, por lo que este es un derecho importante que protege a las víctimas de cualquier tipo de abuso o discriminación dentro del entorno laboral.

6. Derecho a ausencias justificadas

La legislación española también contempla que las víctimas de violencia de género tienen derecho a ausentarse del trabajo sin recibir penalizaciones o sanciones. Estas ausencias justificadas pueden ser necesarias para acudir a juicios, realizar trámites judiciales, recibir atención médica o psicológica, o realizar cualquier otra gestión relacionada con su situación.

Es importante que las víctimas notifiquen a la empresa la razón de sus ausencias, aportando, cuando sea necesario, documentación que justifique su ausencia, como citas médicas o informes judiciales. La empresa no puede sancionar ni despedir a la víctima por estas ausencias, siempre que estén debidamente justificadas.

7. Derecho a la adaptación del puesto de trabajo

En algunos casos, la víctima puede necesitar una adaptación del puesto de trabajo para poder desempeñar sus funciones de manera adecuada. Esto puede incluir la reasignación de tareas, la modificación del entorno laboral o la adaptación de herramientas de trabajo, con el fin de garantizar un entorno seguro y accesible para la víctima. Este derecho es particularmente relevante para aquellas personas que, debido a las secuelas físicas o emocionales de la violencia de género, necesitan un espacio laboral más adecuado a sus necesidades actuales.

¿Cómo puede una víctima de violencia de género ejercer estos derechos?

Ejercer los derechos laborales como víctima de violencia de género requiere seguir una serie de pasos que permitan acreditar la situación personal y poner en marcha los mecanismos de protección previstos por la ley. Para hacerlo de manera efectiva, es esencial que las víctimas cuenten con el apoyo de profesionales legales, servicios sociales, sindicatos y otros organismos que puedan orientarlas en este proceso. A continuación, detallamos el proceso para ejercer estos derechos y las herramientas a disposición de las víctimas.

1. Acreditación de la condición de víctima de violencia de género

El primer paso que debe dar una persona para poder ejercer sus derechos laborales como víctima de violencia de género es acreditar su situación. Para ello, es necesario aportar documentación oficial que demuestre que la persona se encuentra en una situación de violencia de género. Los documentos que pueden servir para esta acreditación son los siguientes:

  • Orden de protección: Es el documento judicial más común utilizado para acreditar la condición de víctima de violencia de género. La orden de protección es una medida cautelar que puede dictarse tras una denuncia y que garantiza la seguridad de la víctima, prohibiendo al agresor acercarse a ella.
  • Sentencia judicial: Si el agresor ha sido condenado por un delito de violencia de género, la sentencia judicial puede ser utilizada como prueba para ejercer los derechos laborales.
  • Informe de los servicios sociales: Los servicios sociales también pueden emitir informes que acrediten la situación de violencia de género, especialmente si la víctima no ha podido obtener una orden de protección o sentencia judicial en ese momento.
  • Informe médico: En muchos casos, las víctimas de violencia de género acuden a los servicios de salud para tratar las secuelas físicas o psicológicas del maltrato. Estos informes médicos también pueden ser utilizados como prueba para acreditar la situación.

2. Notificación a la empresa

Una vez acreditada la situación de violencia de género, el siguiente paso es notificar formalmente a la empresa sobre esta situación. Es fundamental que la víctima informe a su empleador para que pueda hacer uso de los derechos laborales que le corresponden. La notificación se puede hacer de forma escrita, acompañada de la documentación que acredita la situación.

Esta notificación es clave, ya que permite a la empresa poner en marcha las medidas de protección necesarias, como la adaptación del puesto de trabajo, la reordenación de la jornada laboral o el traslado a otro centro de trabajo. La empresa está obligada a respetar los derechos de la víctima y a garantizar su seguridad y bienestar en el entorno laboral.

3. Solicitud de derechos específicos

Una vez notificada la situación a la empresa, la víctima puede proceder a solicitar los derechos que le correspondan según su situación personal. Dependiendo de las circunstancias, puede que la víctima necesite un traslado geográfico, una reducción de jornada, o incluso la suspensión temporal del contrato. Estas solicitudes deben ser presentadas formalmente, indicando claramente cuál es el derecho que se solicita y adjuntando la documentación justificativa correspondiente.

Es importante que la víctima conozca que la empresa no puede denegar estas solicitudes, salvo en casos muy excepcionales, como la imposibilidad objetiva de realizar un traslado. Si la empresa se niega a conceder alguno de estos derechos, la víctima tiene la opción de acudir a organismos laborales, como el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC), o directamente a los tribunales laborales para defender sus derechos.

4. Apoyo de sindicatos y asesoría legal

Uno de los principales apoyos con los que pueden contar las víctimas de violencia de género en el ámbito laboral son los sindicatos y los servicios de asesoría legal especializados en violencia de género. Estos organismos pueden ofrecer un acompañamiento completo durante todo el proceso, desde la acreditación de la situación hasta la solicitud de derechos laborales.

  • Sindicatos: Los sindicatos juegan un papel fundamental en la defensa de los derechos laborales de las víctimas. Pueden actuar como intermediarios entre la víctima y la empresa, asesorando sobre los pasos a seguir, y asegurándose de que la empresa cumpla con la legislación vigente. Además, en caso de que la empresa no respete los derechos de la víctima, el sindicato puede ayudar a iniciar acciones legales contra la misma.
  • Asesoría legal especializada: Existen muchas organizaciones y abogados especializados en violencia de géneroque ofrecen asesoramiento gratuito o a bajo costo a las víctimas. Estos profesionales pueden ayudar a la víctima a presentar las solicitudes necesarias, redactar la notificación a la empresa y, en caso de ser necesario, defender sus derechos ante los tribunales.

5. Denuncia de incumplimientos

En ocasiones, las empresas no respetan los derechos laborales de las víctimas de violencia de género, ya sea por desconocimiento o por una mala praxis deliberada. Si la empresa se niega a aplicar los derechos de la víctima, realiza despidos o sanciones injustificadas, o permite situaciones de acoso en el entorno laboral, la víctima tiene el derecho de denunciar estos incumplimientos.

Las víctimas pueden presentar una denuncia ante la Inspección de Trabajo, que es el organismo encargado de supervisar que las empresas cumplan con la legislación laboral. La Inspección de Trabajo investigará el caso y, si detecta irregularidades, puede imponer sanciones a la empresa e incluso obligarla a readmitir a la víctima en caso de despido nulo.

En casos graves, como situaciones de acoso laboral o represalias directas contra la víctima, también se puede presentar una denuncia ante los tribunales laborales. En estos casos, es recomendable contar con el apoyo de un abogado especializado que pueda representar a la víctima y asegurar que se respeten sus derechos.

6. Recursos adicionales para víctimas de violencia de género

Además de los derechos laborales, las víctimas de violencia de género pueden acceder a otros recursos adicionales que facilitan su reintegración laboral y su recuperación personal. Entre estos recursos se incluyen:

  • Ayudas económicas: Las víctimas de violencia de género pueden acceder a diversas ayudas económicas otorgadas por el gobierno o por entidades locales. Estas ayudas pueden servir para cubrir gastos básicos mientras la víctima reorganiza su vida laboral o mientras se encuentra en un periodo de suspensión del contrato de trabajo.
  • Programas de reinserción laboral: Existen programas públicos y privados que están orientados a ayudar a las víctimas a reinsertarse en el mercado laboral. Estos programas ofrecen formación, asesoramiento y apoyo para que las víctimas puedan encontrar empleo en un entorno seguro y que se ajuste a sus necesidades.

El papel del empresario en la protección de las víctimas

El empresario juega un papel fundamental en la protección de las víctimas de violencia de género dentro del entorno laboral. La ley establece obligaciones claras para las empresas en cuanto a la prevención y actuación frente a cualquier situación de maltrato o acoso que afecte a sus empleados. Los empresarios no solo deben garantizar que sus lugares de trabajo sean espacios seguros, sino que también tienen la responsabilidad de facilitar a las víctimas el acceso a los derechos laborales que les corresponden.

A continuación, analizamos las principales responsabilidades y acciones que debe tomar un empresario para proteger a las víctimas de violencia de género en el ámbito laboral.

1. Garantizar un entorno de trabajo seguro

Uno de los primeros deberes del empresario es asegurar que el lugar de trabajo sea un entorno seguro y libre de violencia para todos sus empleados, incluidas las víctimas de violencia de género. Esto implica no solo crear una cultura de respeto y apoyo, sino también establecer políticas claras contra el acoso laboral y la discriminación. Estas políticas deben estar incluidas en los protocolos de la empresa y ser comunicadas de manera clara a todo el personal.

El empresario también debe asegurarse de que se implementen medidas de prevención y actuación inmediata ante cualquier indicio de violencia o acoso en el trabajo. En este sentido, es recomendable que la empresa cuente con un protocolo específico para casos de violencia de género, que contemple cómo actuar ante una denuncia de este tipo, qué medidas de protección deben adoptarse y cuáles son los derechos de la víctima.

2. Confidencialidad y privacidad

La confidencialidad es un aspecto crucial en la protección de las víctimas de violencia de género. Cuando una víctima informa a la empresa de su situación, el empresario tiene la obligación de mantener la privacidad de esa información y asegurarse de que no se difunda ni se utilice de manera indebida. Esto es esencial para evitar posibles represalias o discriminación por parte de compañeros de trabajo o superiores.

La empresa debe garantizar que los datos personales de la víctima, así como cualquier información relacionada con su situación de violencia de género, se manejen con el más alto nivel de confidencialidad. Solo el personal estrictamente necesario debe tener acceso a esta información, y siempre con el consentimiento de la víctima.

3. Facilitación del acceso a derechos laborales

El empresario tiene la responsabilidad de facilitar a las víctimas de violencia de género el acceso a sus derechos laborales de manera ágil y efectiva. Esto incluye, entre otros:

  • Permitir la reducción de jornada o la reordenación del tiempo de trabajo, garantizando que la víctima pueda adaptar su horario a las necesidades derivadas de su situación.
  • Autorizar la suspensión del contrato de trabajo cuando la víctima lo necesite para centrarse en su recuperación sin el temor de perder su puesto de trabajo.
  • Aceptar solicitudes de traslado geográfico o de adaptación del puesto de trabajo cuando sea necesario para la seguridad de la víctima, sin imponer obstáculos o requisitos innecesarios.

Es importante que el empresario actúe con rapidez y sensibilidad ante estas solicitudes, evitando cualquier tipo de discriminación o represalia que pueda agravar la situación de la víctima.

4. Formación y sensibilización en violencia de género

Otra de las responsabilidades clave del empresario es garantizar que tanto él como los empleados de la empresa estén formados y sensibilizados en temas de violencia de género. Esto puede lograrse a través de la implementación de programas de formación periódicos que eduquen a los empleados sobre los derechos de las víctimas, cómo detectar situaciones de violencia y cómo actuar ante un posible caso de violencia de género en el entorno laboral.

Estas formaciones no solo ayudan a crear un ambiente de trabajo más seguro, sino que también fomentan una cultura de apoyo y respeto dentro de la empresa, en la que las víctimas se sientan respaldadas y comprendidas. Además, capacitar al personal en la identificación y prevención de situaciones de acoso o violencia ayuda a reducir los riesgos de que estas situaciones ocurran o se perpetúen dentro del entorno laboral.

5. Acción inmediata ante el acoso laboral por violencia de género

Si se detecta una situación de acoso laboral relacionado con la violencia de género dentro de la empresa, el empresario tiene la obligación de actuar de manera inmediata para proteger a la víctima y garantizar su seguridad. El acoso laboral puede manifestarse de diversas formas, desde comentarios ofensivos y humillaciones hasta conductas de hostigamiento por parte de compañeros o superiores.

En estos casos, el empresario debe:

  • Investigar a fondo cualquier denuncia de acoso laboral, de forma confidencial y respetuosa, escuchando a todas las partes implicadas.
  • Implementar medidas de protección inmediatas, como la separación del acosador y la víctima, la reubicación del acosador o la modificación de los turnos de trabajo para evitar el contacto entre ambos.
  • Si se confirma el acoso, el empresario puede tomar medidas disciplinarias contra el acosador, que pueden incluir desde advertencias formales hasta el despido en los casos más graves.

Es importante que el empresario no minimice las denuncias de acoso laboral y actúe de manera diligente para evitar que la situación se agrave. La inacción por parte de la empresa puede tener consecuencias legales y afectar gravemente el bienestar de la víctima.

6. Protección frente al despido y represalias

El empresario no puede, bajo ninguna circunstancia, despedir a una víctima de violencia de género como represalia por haber ejercido sus derechos laborales. Si esto ocurriera, el despido se consideraría nulo, y la trabajadora tendría derecho a ser readmitida de manera inmediata.

Además, cualquier represalia contra la víctima, como la reducción injustificada de sus responsabilidades laborales, cambios no solicitados en su horario o una evaluación de rendimiento injusta, está prohibida por ley. Las empresas que incurran en este tipo de prácticas pueden ser denunciadas ante los tribunales laborales o la Inspección de Trabajo, lo que podría resultar en sanciones económicas o incluso en demandas judiciales.

7. Prevención del maltrato y fomento de la igualdad

El empresario no solo tiene el deber de actuar ante una situación de violencia de género, sino también de prevenir que estas situaciones ocurran. Para ello, es recomendable que las empresas adopten políticas de igualdad de género y fomenten un ambiente de trabajo inclusivo y respetuoso para todos los empleados. Estas políticas no solo mejoran la convivencia dentro de la empresa, sino que también contribuyen a reducir las situaciones de abuso o acoso que puedan derivarse de la desigualdad estructural entre hombres y mujeres.

Las empresas también pueden colaborar con organizaciones especializadas en la lucha contra la violencia de género para crear programas de apoyo a las víctimas, ofreciendo, por ejemplo, asesoría legal o apoyo psicológico.

FAQs sobre la violencia de género en el ámbito laboral

¿Qué debo hacer si sufro acoso laboral relacionado con la violencia de género?
Lo primero es informar a tu empresa o sindicato y buscar apoyo legal. Puedes solicitar medidas de protección y adaptaciones laborales para garantizar tu seguridad.

¿Puedo reducir mi jornada laboral si soy víctima de violencia de género?
Sí, puedes solicitar una reducción de jornada o reordenación de tu tiempo de trabajo sin perder tu puesto.

¿Qué documentos necesito para acreditar mi situación de violencia de género en el trabajo?
Necesitas una orden de protección, sentencia judicial, o informes de servicios sociales o médicos que demuestren tu situación.

¿Puedo solicitar un traslado a otro centro de trabajo?
Sí, tienes derecho a solicitar un traslado geográfico para alejarte del agresor.

¿Qué pasa si mi empleador me despide tras ejercer mis derechos?
El despido sería considerado nulo, y la empresa estaría obligada a readmitirte.