Violencia económica: Qué es y cómo denunciarla

Violencia económica: Qué es y cómo denunciarla

La violencia de género no siempre se presenta de manera física o verbal. Existen formas de maltrato mucho más sutiles, pero igualmente destructivas, que buscan controlar y someter a la víctima. ¿Alguna vez has sentido que no tienes control sobre tus propios ingresos o que tu pareja toma todas las decisiones financieras sin consultarte? Esto podría ser un indicio de violencia económica, un tipo de abuso que limita tu capacidad para ser independiente y libre en tus decisiones diarias.

A menudo, este tipo de violencia pasa desapercibido porque no deja marcas visibles, pero sus consecuencias son igual de devastadoras. Imagina no poder trabajar porque tu pareja no te lo permite, o no tener acceso a tus propios ahorros porque alguien más los controla. Esta falta de autonomía económica no solo impide a la víctima tener una vida independiente, sino que también la atrapa en un ciclo de abuso del que es muy difícil salir sin ayuda.

En este artículo, vamos a explicarte qué es la violencia económica, cómo afecta a las personas que la sufren y, lo más importante, qué puedes hacer para denunciarla y protegerte. Si crees que puedes estar en una situación similar, te invitamos a seguir leyendo. Entender este tipo de violencia es el primer paso para romper el ciclo de abuso y recuperar el control sobre tu vida.

¿Qué es la violencia económica?

La violencia económica es una forma de maltrato que ocurre cuando una persona, generalmente en el contexto de una relación de pareja, utiliza los recursos financieros como una herramienta de control y manipulación. Este tipo de violencia no se limita solo a restringir el acceso al dinero, sino que abarca una variedad de conductas diseñadas para privar a la víctima de su independencia económica, creando una dependencia total del agresor.

Definición y características

La violencia económica forma parte de la violencia de género, y está reconocida como tal en muchas legislaciones, incluidas las españolas. Este tipo de abuso tiene como objetivo limitar la autonomía financiera de la víctima, haciendo que sea extremadamente difícil, si no imposible, tomar decisiones por sí misma o incluso abandonar la relación abusiva.

Algunas de las características principales de la violencia económica incluyen:

  • Control absoluto de los recursos financieros: El agresor puede controlar todo el dinero que entra en el hogar, decidir en qué se gasta y qué no, o incluso prohibir a la víctima que tenga acceso a las cuentas bancarias.
  • Impedir que la víctima trabaje o estudie: El agresor puede sabotear las oportunidades laborales o educativas de la víctima para asegurarse de que no tenga una fuente de ingresos independiente. Esto puede ir desde persuadir a la víctima para que no trabaje hasta acciones más agresivas, como destruir currículums o prohibirle asistir a entrevistas.
  • Acumulación de deudas en nombre de la víctima: En algunos casos, el agresor puede forzar a la víctima a asumir deudas, firmar préstamos o comprometerse económicamente en situaciones que la dejan en una posición financiera precaria.
  • Privación del acceso a los recursos básicos: El control puede ser tan extremo que la víctima ni siquiera tiene acceso a dinero para sus necesidades básicas, como comida, ropa o transporte. En estos casos, el agresor utiliza el dinero como un medio para someterla, forzándola a pedir permiso para cualquier gasto.

Ejemplos comunes de violencia económica

La violencia económica puede manifestarse de diversas maneras, algunas de las cuales pueden ser sutiles y difíciles de identificar al principio. Sin embargo, todas tienen un mismo objetivo: limitar la libertad y autonomía de la víctima. Aquí algunos ejemplos frecuentes:

  • Control absoluto del presupuesto del hogar: El agresor se encarga de todas las decisiones financieras, impidiendo que la víctima tenga conocimiento o participación en los gastos familiares.
  • Restringir el acceso a cuentas bancarias: El agresor puede mantener a la víctima fuera de las cuentas bancarias, tarjetas de crédito o cualquier otro recurso financiero. Incluso, en algunos casos, las cuentas pueden estar solo a nombre del agresor.
  • Impedir que la víctima trabaje o progrese profesionalmente: Una manera común de ejercer control es evitar que la víctima acceda al mercado laboral, alegando motivos como “la familia necesita que estés en casa” o “es mejor que no trabajes para que podamos ahorrar”.
  • Forzar a la víctima a depender completamente del agresor: En los casos más extremos, el agresor da a la víctima pequeñas cantidades de dinero para su manutención diaria, pero siempre bajo condiciones específicas y a menudo humillantes, con la intención de reafirmar su control.

¿Por qué se utiliza la violencia económica?

La violencia económica es una herramienta de control dentro de un marco más amplio de abuso de poder. Los agresores la utilizan porque es extremadamente eficaz para aislar y someter a la víctima. Al privar a la víctima de su capacidad para generar ingresos o acceder a sus propios recursos, el agresor crea una dependencia total, lo que hace mucho más difícil para la víctima abandonar la relación o buscar ayuda.

Además, este tipo de abuso muchas veces coexiste con otros tipos de maltrato, como el psicológico o físico, reforzando el ciclo de violencia. A menudo, la violencia económica es una táctica empleada para complementar otras formas de abuso, debilitando aún más la capacidad de la víctima para tomar decisiones independientes.

¿Es siempre fácil de identificar?

Identificar la violencia económica no siempre es sencillo, ya que puede disfrazarse de conductas aparentemente «normales» dentro de una relación, como el hecho de que uno de los miembros maneje las finanzas. Sin embargo, la clave está en si esta gestión financiera se hace de manera compartida o impuesta. Cuando uno de los miembros de la pareja no tiene voz ni voto en las decisiones económicas, y su capacidad para manejar sus propios recursos está limitada, estamos ante un caso de violencia económica.

Es importante recordar que la violencia económica puede comenzar de manera sutil y aumentar gradualmente con el tiempo. Lo que inicialmente podría parecer un gesto de “protección” o “cuidado”, como gestionar los gastos del hogar, puede convertirse en un mecanismo de control absoluto, dejando a la víctima sin recursos para salir de la relación abusiva.

Si identificas estas señales en tu relación, es crucial que busques ayuda y te asesores con abogados especializados en violencia de género para entender tus derechos y los pasos que puedes tomar para denunciar esta situación.

¿Por qué es tan grave la violencia económica?

La violencia económica es particularmente devastadora porque afecta uno de los aspectos más fundamentales para la independencia de cualquier persona: su capacidad para gestionar y disponer de sus propios recursos financieros. A diferencia de otras formas de maltrato más visibles, como el físico o el verbal, la violencia económica puede permanecer oculta durante años, erosionando la autonomía de la víctima de manera silenciosa pero profundamente destructiva. Esta forma de abuso no solo impacta el presente de la víctima, sino que también puede tener consecuencias a largo plazo que limitan su bienestar futuro.

Dependencia total del agresor

Una de las principales consecuencias de la violencia económica es que crea una dependencia absoluta de la víctima hacia su agresor. Al controlar los ingresos, el acceso a cuentas bancarias, o impedir que la víctima trabaje, el agresor asegura que la víctima no pueda tomar decisiones por sí misma. Este control financiero hace que la víctima tenga que pedir permiso para cualquier gasto, incluso para cosas básicas como la alimentación, transporte o ropa, y, en muchos casos, ni siquiera tiene acceso a dinero para emergencias o necesidades personales.

La falta de independencia económica no solo hace que la víctima dependa del agresor para su vida diaria, sino que también le impide abandonar la relación. Muchas víctimas de violencia económica quieren salir de la situación abusiva, pero no tienen los medios financieros para hacerlo. Sin un empleo, sin ahorros y sin acceso a los recursos del hogar, les resulta extremadamente complicado tomar decisiones sobre su futuro. Este tipo de dependencia atrapa a la víctima en un ciclo de abuso, ya que el agresor utiliza el control financiero como una herramienta de poder para mantener la relación bajo sus propios términos.

Impacto psicológico

Además de las implicaciones financieras, la violencia económica tiene un profundo impacto en la salud mental de la víctima. La constante dependencia del agresor y la sensación de no poder controlar ningún aspecto de su vida financiera generan un estado de ansiedad, estrés y baja autoestima. Las víctimas a menudo sienten que no son capaces de gestionar su vida por sí mismas, lo que las lleva a dudar de sus propias habilidades y recursos. Esta vulnerabilidad emocional puede hacer que la víctima se sienta atrapada y sin opciones.

El maltrato económico también suele ir acompañado de otras formas de violencia, como la violencia psicológica, que refuerza el control emocional que el agresor ejerce sobre la víctima. Al impedir que la víctima tenga acceso a sus recursos o desvalorizar sus capacidades profesionales, el agresor erosiona la confianza en sí misma, haciéndole creer que no podrá sobrevivir sin su apoyo. Este daño psicológico es profundo y puede tener un efecto duradero incluso después de haber salido de la relación abusiva.

Ciclo de pobreza y exclusión social

Otra de las consecuencias más graves de la violencia económica es que muchas víctimas quedan atrapadas en un ciclo de pobreza y exclusión social. Al no poder trabajar o generar ingresos propios, se encuentran en una posición extremadamente vulnerable a nivel económico. Si la víctima logra separarse del agresor, es probable que lo haga sin recursos financieros suficientes para empezar de nuevo. Esto puede llevarla a enfrentar situaciones de precariedad económica, como no poder pagar un alquiler, los estudios de sus hijos, o las necesidades básicas del hogar.

Incluso en los casos en los que la víctima logra encontrar un empleo tras salir de la relación abusiva, las consecuencias de años de control económico pueden ser difíciles de revertir. La falta de historial laboral o la imposibilidad de haber ahorrado durante años, colocan a la víctima en una posición desventajosa en el mercado laboral y financiero, dificultando su capacidad para reestablecerse con éxito.

Este ciclo de pobreza no solo impacta a la víctima directamente, sino también a sus hijos, si los tiene. Los menores que crecen en un entorno donde existe violencia económica también pueden verse afectados, ya que sus oportunidades de educación, acceso a recursos y estabilidad emocional se ven limitadas por la situación financiera precaria. El control económico afecta, por lo tanto, a toda la estructura familiar, perpetuando las desigualdades y la exclusión.

Consecuencias legales y sociales

La violencia económica, aunque reconocida por la ley de violencia de género en España, no siempre es fácil de demostrar en un contexto judicial. La falta de pruebas o la confusión sobre lo que constituye exactamente abuso económico pueden hacer que muchos casos pasen desapercibidos. Esto puede hacer que las víctimas se sientan desprotegidas y que su situación no sea reconocida ni abordada adecuadamente en los tribunales.

Sin embargo, cada vez más se está prestando atención a la importancia de la violencia económica dentro del marco de la violencia de género, y se están implementando medidas legales para ofrecer una mayor protección a las víctimas. Por ejemplo, las víctimas pueden acceder a ayudas estatales y recursos económicos que les permiten reconstruir sus vidas tras haber estado en una situación de abuso. Además, los tribunales pueden establecer sanciones económicas o medidas de protección para asegurar que la víctima tenga acceso a los recursos que necesita.

A nivel social, es fundamental aumentar la conciencia sobre la violencia económica, ya que es una forma de abuso que puede ser difícil de identificar. Muchas víctimas no saben que lo que están experimentando es, de hecho, una forma de violencia de género. Por ello, es esencial educar tanto a las víctimas como a sus entornos cercanos sobre las señales de alerta y las posibilidades de denuncia y apoyo.

Cómo detectar si estás siendo víctima de violencia económica

Identificar la violencia económica no siempre es fácil, ya que esta forma de abuso puede ser muy sutil al principio y, a menudo, las víctimas no se dan cuenta de que están siendo manipuladas hasta que el control es total. En muchas ocasiones, los agresores comienzan mostrando comportamientos aparentemente «protectoras» o justificando sus acciones con excusas como «estoy cuidando de ti» o «es mejor que yo me encargue de las finanzas». Sin embargo, con el tiempo, estas conductas pueden escalar hasta convertirse en un control absoluto que deja a la víctima sin autonomía económica.

Señales tempranas de violencia económica

La violencia económica rara vez comienza de manera abrupta. A menudo, se manifiesta de manera progresiva, con pequeñas restricciones que, en un primer momento, pueden parecer inofensivas o incluso lógicas. Aquí algunas señales tempranas que debes tener en cuenta:

  1. Limitaciones en el acceso al dinero: Al principio, puede parecer que la pareja quiere compartir las finanzas o «mejor administrar» los recursos del hogar. Sin embargo, si empiezas a notar que necesitas pedir dinero para gastos personales o que no puedes acceder libremente a tus propios fondos, esto podría ser una señal de alerta.
  2. Justificaciones para controlar el dinero: «Yo sé mejor cómo gestionar el dinero» o «no te preocupes por esto, lo manejo yo» son frases comunes que los agresores pueden utilizar para justificar por qué controlan todos los aspectos financieros de la relación.
  3. Falta de transparencia en las finanzas familiares: Si no tienes acceso a la información financiera de la pareja o del hogar, o si te ocultan detalles sobre los ingresos y gastos, esto podría ser un indicio de que el control está aumentando.

Comportamientos que indican violencia económica

A medida que el abuso económico se establece en una relación, las señales se hacen más evidentes y difíciles de ignorar. Aquí algunos de los comportamientos más comunes que indican que podrías estar siendo víctima de violencia económica:

  1. Control total sobre los ingresos y gastos del hogar: Si tu pareja decide en qué se gasta el dinero y no te permite participar en las decisiones económicas, esto es una forma de violencia económica. Puede que te den una «asignación» o te limiten los recursos disponibles, de forma que dependas completamente de ellos para cualquier gasto, incluso para los básicos como alimentación, transporte o atención médica.
  2. Impedir que trabajes o desarrolles tu carrera: Uno de los mecanismos más comunes de la violencia económica es impedir que la víctima tenga ingresos propios. El agresor puede hacerlo de manera directa, prohibiéndote trabajar o estudiar, o de manera más sutil, como manipulando las circunstancias para que tengas que quedarte en casa cuidando de los hijos o realizando tareas domésticas. A menudo, esto se presenta como una «decisión conjunta» para el bienestar de la familia, pero en realidad es una forma de control.
  3. Tomar decisiones financieras importantes sin tu consentimiento: Si tu pareja toma decisiones económicas que afectan a la familia, como firmar un préstamo, vender una propiedad o invertir dinero sin consultarte, esto es una clara señal de que no tienes voz ni voto en el ámbito financiero, lo que constituye violencia económica.
  4. Generación de deudas en tu nombre: En algunos casos, el agresor puede forzar a la víctima a firmar contratos o préstamos que no podrá pagar, lo que genera deudas y compromisos financieros en su nombre. Esto no solo coloca a la víctima en una situación de vulnerabilidad económica, sino que además puede tener graves consecuencias legales, ya que puede enfrentar responsabilidades financieras de las que no estaba al tanto.
  5. Prohibirte acceder a cuentas bancarias o activos financieros: Una de las señales más claras de violencia económica es cuando tu pareja te impide acceder a las cuentas bancarias conjuntas, a tus propios ahorros o a cualquier tipo de activo financiero, dejándote sin control sobre tu propio dinero. Esto puede incluir el hecho de no darte tarjetas de crédito, limitar el dinero en efectivo disponible o incluso cambiar las contraseñas de las cuentas sin tu conocimiento.

Efectos emocionales y psicológicos

Es importante recordar que la violencia económica no solo tiene consecuencias financieras, sino que también afecta profundamente el bienestar emocional y psicológico de la víctima. Aquí algunos indicios de que el control económico te está afectando emocionalmente:

  1. Sentimiento de impotencia y baja autoestima: La constante dependencia de tu pareja para cualquier gasto puede hacer que te sientas inútil o incapaz de manejar tu vida por ti misma. Este sentimiento de impotencia se refuerza cuando el agresor te hace creer que no serías capaz de mantenerte económicamente si no estuviera a tu lado.
  2. Ansiedad y miedo constante: Si te preocupa constantemente cómo vas a cubrir tus necesidades básicas o si temes pedir dinero a tu pareja porque puede reaccionar mal, esto es un claro indicio de que estás sufriendo violencia económica. La incertidumbre sobre el acceso al dinero genera altos niveles de estrés y ansiedad en la víctima.
  3. Aislamiento social: La violencia económica también puede llevar al aislamiento social, ya que la falta de recursos te impide salir, socializar o participar en actividades fuera del hogar. Esto refuerza el ciclo de abuso, ya que el agresor te mantiene dependiente tanto económica como emocionalmente.

¿Qué hacer si crees que eres víctima de violencia económica?

Si reconoces algunos de estos comportamientos en tu relación, es importante que actúes. La violencia económica, al igual que otras formas de maltrato, no debe ser ignorada. Aquí algunos pasos a seguir:

  1. Habla con un profesional: Busca asesoramiento legal y emocional. Abogados especializados en violencia de género pueden orientarte sobre los pasos a seguir para denunciar y protegerte. Además, los psicólogos pueden ayudarte a entender el impacto emocional de la violencia económica y ofrecerte estrategias para fortalecer tu autoestima.
  2. Haz un seguimiento de los comportamientos abusivos: Es importante que documentes cualquier comportamiento relacionado con la violencia económica, como la falta de acceso a cuentas, decisiones económicas unilaterales o el control del dinero. Esto puede servir como evidencia si decides presentar una denuncia.
  3. Consulta tus derechos: En España, la violencia económica está reconocida dentro del marco de la violencia de género, por lo que tienes derechos y recursos a tu disposición. Asegúrate de conocer tus opciones y de acceder a los servicios de apoyo disponibles.

¿Cómo denunciar la violencia económica?

Denunciar la violencia económica es un paso crucial para romper el ciclo de abuso y recuperar tu independencia financiera y personal. Aunque puede parecer complicado o intimidante al principio, en España existen mecanismos legales que protegen a las víctimas de violencia de género, incluyendo la violencia económica. Es importante que entiendas que tienes derecho a denunciar y que hay recursos disponibles para apoyarte en cada paso del proceso. A continuación, te explicamos de manera detallada cómo puedes denunciar este tipo de abuso.

Paso 1: Reúne pruebas del abuso económico

Uno de los aspectos más importantes al denunciar la violencia económica es recopilar todas las pruebas posibles que demuestren el control financiero ejercido por tu pareja o expareja. Al igual que con otros tipos de violencia de género, las pruebas son esenciales para fundamentar tu denuncia ante las autoridades. Algunas de las pruebas que puedes presentar incluyen:

  • Extractos bancarios que muestren la falta de acceso a cuentas conjuntas o personales, movimientos de dinero sin tu conocimiento o autorización, o transacciones sospechosas.
  • Contratos o deudas firmadas en tu nombre que no hayas aprobado o de las que no estabas informada.
  • Mensajes de texto, correos electrónicos o grabaciones en los que tu pareja te impida trabajar, te controle el dinero o decida en qué puedes gastar.
  • Testimonios de personas cercanas, como familiares o amigos, que puedan corroborar la situación de control económico que has sufrido.
  • Documentos laborales, en caso de que tu pareja te haya impedido trabajar o estudiar, o te haya obligado a dejar un empleo sin tu consentimiento.

La recopilación de estas pruebas no solo te ayudará a presentar un caso sólido ante las autoridades, sino que también te proporcionará un respaldo emocional al saber que tienes elementos concretos que prueban el abuso. Si tienes dudas sobre cómo recolectar estas pruebas o si temes que tu pareja descubra que estás documentando el abuso, es recomendable que consultes con un abogado especializado en violencia de género para que te asesore sobre cómo proceder de manera segura.

Paso 2: Acude a la policía o al juzgado de violencia sobre la mujer

Una vez que hayas recopilado pruebas, el siguiente paso es presentar una denuncia formal ante las autoridades. En España, la violencia económica está contemplada dentro de la legislación de violencia de género, por lo que puedes acudir a:

  • La Policía Nacional o la Guardia Civil: Puedes presentar la denuncia en una comisaría. Es importante que expliques detalladamente la situación de abuso económico que has vivido, aportando las pruebas recopiladas. No dudes en contar todos los detalles, por más insignificantes que parezcan, ya que esto puede ser clave para que las autoridades comprendan la gravedad de la situación.
  • El juzgado de violencia sobre la mujer: Si prefieres acudir directamente a los juzgados, puedes presentar tu denuncia allí. Los juzgados de violencia sobre la mujer están especializados en casos de violencia de género, por lo que comprenderán mejor las dinámicas de poder y control que rodean el abuso económico. Además, en el juzgado puedes solicitar medidas de protección inmediatas para garantizar tu seguridad mientras se investiga tu caso.

Cuando presentes la denuncia, es posible que las autoridades te pidan que describas detalladamente los episodios de abuso. No tengas miedo de contar tu historia completa, incluyendo cómo el control económico ha afectado tu vida diaria. Las autoridades están capacitadas para escuchar y evaluar este tipo de denuncias, y tu testimonio es crucial para que puedan actuar en consecuencia.

Paso 3: Busca el apoyo de abogados especializados en violencia de género

Es altamente recomendable que cuentes con el apoyo de un abogado especializado en violencia de género durante todo el proceso. Los abogados no solo te ayudarán a presentar tu denuncia de manera efectiva, sino que también podrán orientarte sobre las opciones legales que tienes a tu disposición. Esto incluye:

  • Asesoramiento sobre las medidas de protección que puedes solicitar para garantizar tu seguridad y la de tus hijos, si los tienes.
  • Información sobre los derechos que tienes como víctima de violencia económica, incluyendo el acceso a recursos y ayudas económicas por parte del Estado.
  • Asistencia en la recopilación y presentación de pruebas para fortalecer tu caso ante el juez.

Los abogados especializados también te explicarán el procedimiento judicial, de manera que estés preparada para los pasos que seguirán después de la denuncia. En muchos casos, las víctimas temen las represalias del agresor, pero un abogado puede solicitar medidas como órdenes de alejamiento o la congelación de cuentas bancarias para evitar que el agresor siga ejerciendo control económico sobre ti.

Paso 4: Solicita medidas de protección

Una vez que hayas presentado la denuncia, puedes solicitar medidas de protección para garantizar tu seguridad y evitar que el agresor continúe controlando tu vida financiera. Algunas de las medidas que puedes solicitar incluyen:

  • Orden de alejamiento: Si consideras que tu agresor representa una amenaza para tu seguridad física o emocional, puedes pedir al juez una orden de alejamiento. Esta medida obliga al agresor a mantenerse a una distancia mínima de ti y de tus hijos, si los tienes. También puede prohibir cualquier tipo de contacto, ya sea en persona o a través de terceros.
  • Medidas económicas provisionales: En algunos casos, el juez puede ordenar que el agresor proporcione una cantidad económica para el mantenimiento del hogar o de los hijos mientras se resuelve el caso. Esta medida es especialmente importante si el agresor controlaba todos los recursos financieros, ya que te permitirá tener acceso a dinero para cubrir tus necesidades básicas.
  • Intervención sobre cuentas bancarias o activos comunes: En casos de violencia económica, el juez puede tomar medidas para garantizar que el agresor no pueda seguir disponiendo de los recursos comunes de manera unilateral. Esto puede incluir la congelación de cuentas conjuntas o la intervención judicial para asegurar que tengas acceso a los recursos que te corresponden.

Es fundamental que hables con tu abogado sobre las medidas de protección que puedes solicitar, ya que estas pueden variar según la situación particular de cada caso. No tengas miedo de pedir protección, el sistema legal está diseñado para apoyarte y garantizar tu seguridad mientras se lleva a cabo la investigación.

Paso 5: Proceso judicial y seguimiento del caso

Después de presentar la denuncia y solicitar las medidas de protección, el proceso judicial seguirá su curso. El caso será evaluado por un juez especializado en violencia de género, quien revisará las pruebas presentadas y tomará decisiones sobre las medidas a implementar. Dependiendo de la gravedad del caso, el juez puede imponer sanciones económicas al agresor, obligándolo a compartir los recursos financieros de manera justa o a pagar una compensación si se han producido daños.

Durante este proceso, es importante que mantengas un seguimiento constante de tu caso. Mantén la comunicación con tu abogado y las autoridades para estar informada de cualquier avance o decisión. Recuerda que el sistema legal puede ser un poco lento, pero cada paso es fundamental para garantizar que se haga justicia y que puedas recuperar el control de tu vida financiera.

¿Qué apoyo adicional puedes recibir?

Además del apoyo legal, en España existen diversas organizaciones y recursos disponibles para las víctimas de violencia económica. Algunos de ellos incluyen:

  • Teléfono 016: Es un número gratuito y confidencial disponible las 24 horas del día, que ofrece asesoramiento y apoyo a las víctimas de violencia de género, incluyendo la violencia económica.
  • Servicios sociales y centros de la mujer: En estos centros puedes recibir asesoramiento psicológico, social y legal. También pueden orientarte sobre las ayudas económicas a las que puedes acceder como víctima de violencia de género.
  • Ayudas económicas estatales: El gobierno español ofrece ayudas económicas específicas para las víctimas de violencia de género que incluyen la violencia económica. Estas ayudas pueden ser fundamentales para que puedas reconstruir tu vida sin la dependencia del agresor.

¿Qué ocurre después de denunciar?

Una vez que has decidido denunciar la violencia económica y has presentado la denuncia formal ante las autoridades, es natural que te preguntes qué sucederá a continuación. El proceso puede parecer complicado o abrumador, pero es importante entender que el sistema judicial está diseñado para proteger a las víctimas de violencia de género, y esto incluye la violencia económica. Denunciar es solo el primer paso para recuperar tu autonomía, y a partir de ese momento, comenzarás un proceso en el que estarás acompañada por profesionales, tanto legales como sociales, que te ayudarán a atravesar esta etapa.

Evaluación inicial por las autoridades

Una vez que la denuncia ha sido presentada, las autoridades policiales o judiciales tomarán tus declaraciones y comenzarán a investigar los hechos. En esta fase, se evaluarán las pruebas que has proporcionado, como mensajes, documentos bancarios, contratos o testimonios que demuestren que has estado sometida a control económico por parte de tu pareja o expareja. Este proceso puede incluir:

  • Toma de declaración: Las autoridades te pedirán detalles sobre las circunstancias de la violencia económica. Es importante ser clara y precisa al explicar los comportamientos de control financiero que has experimentado. El objetivo es que las autoridades comprendan la magnitud del abuso al que has sido sometida.
  • Recopilación de pruebas adicionales: La policía o el juzgado pueden solicitar más pruebas para respaldar la denuncia. Esto puede incluir pedir acceso a registros financieros, revisar documentos laborales, entrevistar a testigos cercanos, o solicitar documentación adicional de los bancos.
  • Valoración de la urgencia de las medidas de protección: Si se considera que te encuentras en una situación de riesgo o vulnerabilidad, el juez puede dictar medidas de protección inmediatas, como una orden de alejamiento o medidas cautelares que te garanticen acceso a tus recursos financieros. Esta decisión se tomará en función de la gravedad del caso y la urgencia de protegerte.

Medidas de protección para la víctima

Uno de los primeros pasos después de la denuncia es la posible aplicación de medidas de protección para salvaguardar tu bienestar físico, emocional y financiero. Estas medidas, que pueden ser solicitadas por tu abogado, se aplican de manera preventiva para evitar que el agresor continúe ejerciendo control o violencia sobre ti. Entre las medidas más comunes se incluyen:

  • Orden de alejamiento: Si el agresor representa una amenaza inmediata para tu seguridad, el juez puede dictar una orden de alejamiento que le prohíba acercarse a ti, a tu domicilio o a tu lugar de trabajo. Esta medida también puede extenderse a tus hijos o familiares cercanos si se considera necesario.
  • Medidas económicas provisionales: En casos de violencia económica, es probable que te encuentres en una situación de dependencia financiera que dificulte cubrir tus necesidades básicas o las de tus hijos. El juez puede establecer medidas provisionales que obliguen al agresor a aportar una cantidad económica para el sostenimiento del hogar mientras se resuelve el caso.
  • Bloqueo de cuentas o activos comunes: En casos donde se ha demostrado un control abusivo de los recursos financieros, el juez puede intervenir las cuentas bancarias conjuntas o bloquear activos para evitar que el agresor siga utilizando el dinero de manera unilateral. Esto garantiza que tengas acceso a los recursos necesarios durante el proceso judicial.

Investigación judicial

Tras la denuncia y la adopción de medidas de protección, el siguiente paso es que el juzgado de violencia sobre la mujerlleve a cabo una investigación judicial más profunda para analizar el caso. Esta investigación puede incluir:

  • Audiencia inicial: El juez podría citar tanto a la víctima como al agresor para una audiencia preliminar, donde ambas partes podrán exponer su versión de los hechos. Es en este momento cuando las pruebas presentadas adquieren especial relevancia.
  • Peritajes financieros o psicológicos: En algunos casos, el juez puede solicitar la intervención de peritos para realizar evaluaciones económicas que demuestren la situación de abuso financiero. También pueden solicitarse informes psicológicos para evaluar el impacto emocional de la violencia económica en la víctima.
  • Declaraciones de testigos: Durante la investigación, es posible que se llame a testigos, como familiares, amigos o compañeros de trabajo, para que aporten información relevante que confirme la situación de violencia económica.

Este proceso de investigación puede llevar tiempo, ya que el juez necesita recopilar todas las pruebas y escuchar a todas las partes involucradas para tomar una decisión justa.

Resolución judicial y posibles sanciones

Una vez concluida la investigación, el juez emitirá una resolución basada en las pruebas presentadas y en la gravedad de la violencia económica. Existen varias sanciones y resoluciones posibles, dependiendo del caso:

  • Compensación económica: Si el juez determina que has sido víctima de violencia económica, puede ordenar al agresor a proporcionarte una compensación económica. Esto puede incluir la entrega de recursos que se te han retenido, una indemnización por los daños sufridos o la restitución de tu acceso a los activos que se te hayan negado.
  • Pensión alimentaria o compensatoria: En los casos en los que haya hijos en común o se haya demostrado que dependías económicamente del agresor, el juez puede ordenar una pensión alimentaria o compensatoria. Esta medida está destinada a cubrir tus necesidades y las de tus hijos mientras te estabilizas económicamente.
  • Sanciones penales o multas: Dependiendo de la gravedad del abuso, el juez también puede imponer sanciones penales al agresor, que van desde multas hasta penas de prisión si se demuestra que ha cometido delitos económicos graves, como el fraude o la manipulación financiera deliberada.
  • Medidas de protección prolongadas: En algunos casos, si se determina que el riesgo para tu seguridad persiste, el juez puede extender las medidas de protección, como la orden de alejamiento, por un período más largo.

Recursos de apoyo tras la denuncia

Después de la resolución judicial, el camino hacia la recuperación económica y emocional continúa. En España, existen diversos recursos de apoyo disponibles para las víctimas de violencia económica:

  • Asesoría legal continua: Incluso después de la resolución del caso, puedes seguir contando con el apoyo de abogados especializados para garantizar que se cumplan las medidas impuestas por el juez, como las compensaciones económicas o las pensiones alimentarias.
  • Ayudas económicas estatales: Como víctima de violencia de género, tienes derecho a solicitar ayudas económicas del Estado que te permitan reconstruir tu vida. Estas ayudas pueden cubrir desde necesidades básicas, como alimentación o vivienda, hasta programas de formación laboral para ayudarte a reinsertarte en el mercado de trabajo.
  • Apoyo psicológico: La violencia económica también deja secuelas emocionales. Puedes acceder a servicios de apoyo psicológico a través de centros de la mujer y servicios sociales, que te ayudarán a superar el estrés, la ansiedad y la baja autoestima que muchas víctimas experimentan tras haber estado sometidas a control económico.
  • Servicios sociales y programas de reinserción laboral: Dependiendo de tu situación, también puedes recibir apoyo a través de programas de reinserción laboral o ayudas para conseguir una vivienda. Estos recursos están destinados a facilitar tu recuperación y a asegurar que puedas mantenerte de manera independiente a largo plazo.

Seguimiento del cumplimiento de las medidas

Es importante tener en cuenta que, aunque el juez dicte medidas de protección y sanciones económicas, puede ser necesario realizar un seguimiento para asegurarte de que se están cumpliendo. En caso de que el agresor no respete las medidas impuestas, como la obligación de proporcionar compensaciones económicas o cumplir con la orden de alejamiento, puedes volver a dirigirte al juzgado para denunciar el incumplimiento y solicitar sanciones adicionales.

Preguntas frecuentes sobre la violencia económica

1. ¿Qué es la violencia económica?
Es una forma de control y abuso en la que la pareja restringe el acceso a los recursos financieros de la víctima, generando dependencia.

2. ¿Cómo se puede denunciar la violencia económica?
Para denunciarla, es fundamental reunir pruebas del abuso económico y acudir a la policía o al juzgado de violencia sobre la mujer.

3. ¿Qué pruebas son necesarias para denunciar la violencia económica?
Mensajes, correos, extractos bancarios o testimonios que demuestren el control económico ejercido por tu pareja.

4. ¿Qué ocurre después de presentar la denuncia?
El caso será evaluado por un juez y, si se confirma el abuso, se tomarán medidas para proteger a la víctima, como sanciones económicas o medidas de protección.

5. ¿Existen ayudas económicas para las víctimas de violencia económica?
Sí, en España hay ayudas estatales para víctimas de violencia de género, que incluyen la violencia económica.